Posiciones en quirófano

Posición en quirófano: Decúbito supino (dorsal)

La posición de decúbito supino se utiliza para los procedimientos abdominales, así como para los que involucran la cara y el cuello, el tórax o el hombro. Esta posición se utiliza también para cirugía vascular. Puede emplearse para procedimientos ortopédicos cuando brinda una exposición adecuada.
Posiciones en quirófano

Nota: la cabeza se encuentra alineada con el resto del cuerpo. El brazo descansa sobre el apoyabrazo en un ángulo de 90º o menos con respecto del cuerpo. La faja de seguridad del brazo previene la caída del mismo y su consiguiente luxación. La faja de seguridad del cuerpo se coloca y ajusta por encima de las rodillas, dejando un espacio de tres traveses de dedo por debajo de ella. Deben estar ajustadas pero no se aprietan. Los pies descansan sobre la mesa, no colgando del borde, y no deben estar cruzados. Frecuentemente, los pacientes que aguardan la anestesia cruzan sus pies, por lo que debe ponerse atención en volver a ubicarlos en posición anatómica después de la inducción. Esto previene la lesión del nervio peroneo, que se encuentra cerca del tendón de Aquiles.

Posición en quirófano: Trendelenburg

La posición de Trendelenburg es muy similar a la de decúbito supino, excepto por la inclinación horizontal que hace que la cabeza esté más baja que el tronco. La mesa se quiebra en el segmento inferior. Esta posición se utiliza, principalmente, para procedimientos que involucran órganos pelvianos. El objetivo perseguido es lograr que el contenido abdominal se vuelque en dirección cefálica (hacia la cabeza), y obtener una mayor exposición del contenido pelviano. Esta posición puede limitar la movilidad diafragmática, y restringir la respiración. Por lo tanto, el paciente no debe permanecer así por periodos prolongados.
Aunque algunos textos recomiendan un Trendelenburg exagerado para el tratamiento del shock, actualmente se discuten los beneficios para el paciente.
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Nota: los apoyabrazos, la faja de seguridad y los pies deben ubicarse correctamente tal como se describe para la posición de decúbito supino. Las rodillas descansan sobre la articulación de la mesa.

Posición en quirófano: Trendelenburg invertido (anti-Trendelenburg)

El Trendelenburg invertido o anti-Trendelenburg se utiliza para la cirugía de cabeza y cuello. También puede ser de ayuda en los procedimientos que comprometen el diafragma y la cavidad abdominal superior, ya que permite que el contenido abdominal descienda en dirección caudal (hacia los pies). A causa de esta inclinación, se suele colocar un apoyapiés para prevenir el deslizamiento del paciente hacia abajo.

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Posición en quirófano: Kraske (posición navaja)

La posición de Kraske es una modificación de la posición de decúbito prono (apoyado sobre el abdomen). Se utiliza en la cirugía rectal y coxígea. La mesa se quiebra en un ángulo, que puede ser moderado o marcado, según las necesidades del cirujano. Los apoyabrazos se dirigen hacia la cabecera de la mesa para que los codos se flexionen cómodamente.


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Nota: las abrazaderas se ajustan en la posición correcta. Los codos se ubican sobre el apoyabrazos y no en el borde colgando. La oreja en posición inferior se protege con una almohada suave o rodete. La mesa se quiebra a nivel de cadera. La faja de sujeción se encuentra por encima de las rodillas (no figura en la foto) La cadera y los muslos se acolchan con almohadas grandes. En los pacientes masculinos que se encuentran en cualquiera de las posiciones de decúbito ventral, los genitales se acolchan y ubican en posición natural. Las rodillas se elevan por encima de la superficie de la mesa mediante la colocación de un rollo debajo de las piernas. Los dedos de los pies no descansan sobre la mesa sino que se los eleva con una almohada. Los pies no deben sobresalir del borde de la mesa.

Posición en quirófano: Laminectomía

Esta posición se utiliza particularmente para las laminectomías de la columna torácica o lumbar. Puede ser necesario un soporte para laminectomía que eleve el tronco por encima de la mesa. Está construido de tal manera que un espacio hueco entre dos apoyos laterales permite una expansión torácica máxima para una adecuada respiración. El soporte está acolchado para mullirlo. Antes de colocar al paciente en la mesa de operaciones, se efectúa la inducción sobre la camilla, en posición de decúbito supino Después de la inducción y con el permiso del anestesiólogo, se vuelca al paciente suavemente desde la camilla sobre la mesa de operaciones y el soporte. Por lo menos seis personas deben efectuar esta maniobra. Es esencial evitar la torsión de los miembros y mantener la alineación estricta de la cabeza con el tronco durante el movimiento. Durante esta maniobra, se deben proteger las manos para que el peso del cuerpo no caiga sobre ellas.

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Nota: las abrazaderas se colocan correctamente. El codo se flexiona cómodamente y se lo acolcha para prevenir la lesión del nervio cubital. Para proteger los plexos nerviosos y ayudar a la respiración se colocan paños enrollados en las regiones axilares. El soporte se acolcha y flexiona a una altura conveniente. La faja de sujeción se ajusta por encima de las rodillas. Estas, las piernas y los pies se acolchan con almohadas. Para mantener una buena alineación del paciente se coloca una extensión del apoyapiés. Los pies nunca se apoyan directamente sobre un apoyapiés que no esté acolchado.

Posición en quirófano: Decúbito prono (ventral)

El paciente es anestesiado e intubado en la posición supina, por lo general, sobre la mesa. El cuerpo se gira como si rodara sobre un rodillo cuando el anestesiólogo lo permite, y al menos con 4 personas, manteniendo la alineación corporal. Esta posición se utiliza en las intervenciones con una vía de acceso dorsal o posterior.


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Nota: la cabeza se encuentra alineada con el resto del cuerpo. Los brazos se mantienen a los lados o se dirigen hacia la cabecera de la mesa los apoyabrazos para que los codos se flexionen cómodamente. Se evita la presión del nervio cubital. La faja de sujeción se ajusta por encima de las rodillas. Las piernas y los pies deben apoyarse sobre almohadas blandas.

Posición en quirófano: Litotomia (posición ginecológica)

Esta posición se emplea para cirugía vaginal, perineal y rectal. Esta posición requiere de dos personas para levantar las piernas, simultáneamente, con una leve rotación externa de las caderas. Es importante que las piernas se levanten lentamente, pues un cambio brusco de posición puede causar un cambio rápido en la presión sanguínea y producirse un shock. Las rodillas no deben dejarse «caer» lateralmente, pues podrían luxarse. Cuando vuelva a colocarse al paciente en la posición de decúbito supino deben tomarse las mismas precauciones.
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Nota: el apoyabrazos se coloca en un ángulo no mayor de 90º. La faja de sujeción para el brazo se ubica en la posición correcta. Las piernas y los muslos no deben ponerse en contacto con la barra de metal de los estribos. Las rodillas se flexionan ligeramente, de manera que no se deprima la función respiratoria. Las piernas nunca deben colgar derechas, puesto que esto las somete a una gran tensión. Las nalgas deben sobresalir cerca de 3 cm del borde de la mesa.

Posición en quirófano: Fowler (sentado)

La posición de Fowler se usa cuando se somete a un paciente a cirugía de hombro, nasofaringea y procedimientos en la cara y de reconstrucción de mama. También se utiliza esta posición para procedimientos de la columna posterior o craneotomía, con unos soportes especiales que soportan la cabeza.
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Nota: se alinea el cuello correctamente. La faja de sujeción se ubica por encima de las rodillas. El apoyapiés debe ser bien mullido. La mesa se quiebra a nivel de las rodillas y las caderas. Las rodillas se apoyan sobre una almohada. Una vez que se ha adaptado la mesa, cuando se pasa la paciente de la posición de decúbito supino a la sentada, debe observarse la tensión de la faja de sujeción y ajustarla según necesidad.

Posición en quirófano: Sims (lateral)

La posición lateral se utiliza para la cirugía de riñones, uréteres y pulmón. Esta es probablemente la posición más difícil de lograr con seguridad. El paciente yace sobre uno de sus lados con el brazo inferior extendido sobre un apoyabrazos lateral. El brazo superior queda recogido sobre un apoyabrazos específico para lumbotomía. La pierna más baja se flexiona. El flanco se eleva donde se quiebra la mesa y puede dársele un apoyo mayor mediante un elevador mecánico incorporado a la mesa, o colocando un rodillo inmediatamente por encima de la cresta ilíaca. Debe prestarse suma atención a las siguientes pautas debido a los riesgos potenciales que implica esta posición.
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Nota: la cabeza descansa cómodamente sobre una almohada. El apoyabrazos se coloca en un ángulo no mayor de 90º. El brazo se rota para prevenir el contacto del nervio cubital con la mesa. El brazo superior se coloca, preferiblemente en un apoyabrazos de lumbotomía. Para proteger el plexo braquial se acolcha el área axilar del brazo inferior con un rodillo. La mesa se quiebra a nivel de la cintura. Una cinta adhesiva de 10 cm de ancho se fija de un lado a otro de la mesa pasándola sobre la cresta ilíaca y asegurándola. Esto previene la caída de costado del paciente. La faja de sujeción se coloca por encima de las rodillas. La pierna inferior flexionada está separada de la superior por una almohada grande que se extiende hasta la ingle. El pie superior se puede dejar fuera de la mesa pero apoyado sobre una almohada adicional.

Posición en quirófano: La mesa ortopédica

La mesa ortopédica o mesa para fracturas permite ubicar al paciente para enclavamientos de cadera y otros procedimientos ortopédicos. El paciente yace con la pierna lesionada sujeta con un dispositivo similar a una bota. La pierna puede ser rotada, traccionada, o liberada, según los requerimientos de la cirugía. La pierna sana puede descansar sobre un soporte elevado o estar sujeta a otra bota de tracción. Pueden realizarse las tomas radiológicas que sean necesarias durante el procedimiento, ya que la pierna sana se encuentra fuera del campo radiológico. En el periné se ubica un parante central, bien mullido, para protección. Las mesas de fractura varían ampliamente de un fabricante a otro, y la enfermera quirúrgica se debe familiarizar con los mecanismos de la mesa con la cual trabaja. Las fotos muestran un esquema general de las mesas ortopédicas.
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Nota: la pierna afectada se sostiene por medio de un dispositivo de tracción bien acolchado para proteger el pie. El poste perineal central está envuelto en algodón o almohadillas perineales. La pierna sana descansa cómodamente sobre un soporte bien acolchado. En caso de usar pernera, la faja de sujeción se coloca sobre la pierna sana.

Colocación del paciente en la mesa quirófano

La correcta colocación del paciente para el procedimiento quirúrgico es una faceta del cuidado del paciente tan importante para el resultado de la intervención como la adecuada preparación preoperatoria y la anestesia segura. Requiere conocimientos de anatomía y de aplicación de principios fisiológicos, además de estar familiarizado con el equipo necesario. La seguridad es el principal factor a tener en cuenta. La posición del paciente viene determinada por el procedimiento a realizar, teniendo en cuenta la elección de la vía de acceso por parte del cirujano y la técnica para administrar la anestesia. Factores como la edad, el peso, la altura, la situación cardio-pulmonar y las enfermedades previas (por ejemplo, la artritis) también influyen en la posición y deben ser considerados en el plan de cuidados. Antes de la operación, se valoran las alteraciones articulares o vasculares. El objetivo es que el paciente no resulte lesionado como consecuencia de su posición durante el procedimiento quirúrgico, aunque también, se debe valorar su comodidad.

La enfermera circulante es responsable, junto con el anestesiólogo y el cirujano, de la posición quirúrgica del paciente, ayudados por personal subalterno (o celadores). En esencia, es una responsabilidad compartida entre todos los miembros del equipo. En posiciones complejas o con pacientes obesos, el plan de cuidados incluirá la necesidad de contar con más ayuda adicional para levantar y/o colocar al paciente.

Generalmente, el paciente cuando se traslada a la mesa de operaciones, suele encontrarse en posición supina, siendo anestesiado así, si no requiere la técnica anestésica otra posición y colocarlo luego para la intervención quirúrgica. No se posiciona, ni se mueve al paciente hasta que el anestesiólogo comunique que es seguro hacerlo. Están publicadas por la AORN unas recomendaciones prácticas que ofrecen una guía para la posición del paciente quirúrgico.

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