Reducir estrés y ansiedad en enfermera quirófano

Estrés, ansiedad y angustia: Introducción


En el ámbito laboral de salud se puede definir al estrés como "la respuesta fisiológica, psicológica y de comportamiento de un individuo que intenta adaptarse y ajustarse a presiones internas y externas".

Es sabido que el trabajo hospitalario es fuente de estrés, éste es un fenómeno universal que ha tomado importancia en las últimas décadas, y se considera factor determinante en el cual cada individuo presenta respuestas muy personalizadas, originando diversas patologías físicas y mentales.

Algunos de los factores estresantes que surgen está el hecho de que el personal de enfermeras adscrito a esta unidad especializada, son en 80% del sexo femenino, las cuales no sólo deben cumplir con las exigencias laborales sino también con las domésticas, que la hacen mantener un esfuerzo continuo, sin una reposición adecuada de su capacidad laboral; al no cumplir satisfactoriamente con ambas, puede presentar alteraciones que presumimos están relacionadas con el estrés. Además de las dificultades personales que suelen presentarse como las obligaciones familiares, los deberes con la pareja, falta de habilidad en el manejo de las personas, entre otras.

Esto puede generar el Síndrome de Burnout caracterizado por el cansancio emocional (agotamiento físico y psíquico), despersonalización (trato impersonal hacia los beneficiarios del propio trabajo) y la baja realización personal (sentimiento de inadecuación hacia uno mismo y su trabajo). Que se manifiesta en los trabajadores de la salud en forma de ausencias laborales frecuentes, baja calidad de la atención y disturbios de la salud que pueden conducirlos al consumo de alcohol, a la automedicación con psicofármacos o al consumo de drogas ilegales. Esto no solo se limita a su centro laboral si no que amenaza el entorno familiar y las relaciones interpersonales.

El estrés: Concepto y defición


El concepto de estrés fue introducido por primera vez en el ámbito de la salud en el año 1926 por Hans Selye. En la actualidad, es uno de los términos más utilizados. Todos hablamos de estrés. El estrés, es la respuesta general del organismo ante cualquier estimulo estresor o situación estresante. El término estrés describe la suma de cambios inespecíficos del organismo en respuesta a un estimulo o situación estimular. Posteriormente, el término se ha utilizado con múltiples significados y ha servido tanto para designar una respuesta del organismo, como para señalar los efectos producidos ante repetidas exposiciones a situaciones estresantes.

Una definición que tiene gran aceptación y que tal vez nos ofrezca una información que nos permita identificar al estrés psicosocial, es la de Mc Grath (1970): "El estrés es un desequilibrio sustancial (percibido) entre la demanda y la capacidad de respuesta (del individuo) bajo condiciones en la que el fracaso ante esta demanda posee importantes consecuencias (percibidas)".

a Organización Mundial de la Salud define el estrés como el "conjunto de reacciones fisiológicas que preparan el organismo para la acción". El "estrés es el resultado de la relación entre el individuo y el entorno, evaluado por aquel como amenazante, que desborda sus recursos y pone en peligro su bienestar".

Estrés laboral


La actividad laboral es generadora de estrés y es justamente por la conveniencia de mantener nuestros puestos de trabajo que esa lucha es hoy más intelectual y psicológica que física, por lo que en ella no se consume la energía resultante (distrés). El avance tecnológico ha provocado que el trabajo manual, artesanal, creador y fuente de buen estrés sea reemplazado por un trabajo mecanizado, automatizado, en cadena, a veces viable, pero muy veloz, quizá menos fatigoso físicamente, pero causante de distrés por mayor estímulo psicológico e intelectual.

Por otra parte, la sociedad organizada pide a sus miembros una calma aparente y que soporten presiones sin protestar, lo que potencia los factores causantes de estrés. Sería esto la imposibilidad de modificar el estresor, sometidos a veces a enorme presión psicológica lo que lleva a menudo a salidas como, por ejemplo, el cigarrillo, el alcohol, los psicofármacos, las drogas, la obesidad, que terminan agravando el distrés y sumando factores de riesgo.

Cuando por el contrario las respuestas han resultado insuficientes o exageradas en relación con la demanda, ya sea en el plano biológico, físico o psicológico, y no se consume la energía mencionada, se produce el "distrés", que por su permanencia (cronicidad) o por su intensidad (respuesta aguda) produce el Síndrome General de Adaptación. Hasta llegar a la enfermedad de adaptación o enfermedad psicosomática por distrés, el sistema deberá pasar por las fases de alarma, resistencia y agotamiento.

Uno de los mecanismos de respuesta, previa valoración de un estresor, es la lucha o la huida. Si estas situaciones de estrés se dan en el plano laboral (como la inseguridad, la competencia, la búsqueda de eficacia), nos encontramos con que no podemos luchar con el gasto energético correspondiente ni tampoco, teóricamente, responder con la huida (escapar del distrés). Es claro que la huida en el ámbito laboral es el ausentismo, que junto con las enfermedades laborales son índices elocuentes de la repercusión del estrés organizacional sobre los trabajadores.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) se refiere al estrés laboral en los siguientes términos: "Esta enfermedad es un peligro para las economías de los países industrializados y en vías de desarrollo. Resiente la productividad, al afectar la salud física y mental de los trabajadores". Según Kalimo, "múltiples estudios epidemiológicos han demostrado que la salud está relacionada con factores psicosociales presentes en el trabajo y que la función de esos factores, tanto con respecto al estado de salud como a las causas de la enfermedad, es de alcance relativamente general. Los factores psicosociales pueden contribuir a causar y agravar una enfermedad e influir en los resultados de las medidas de curación y rehabilitación".

Se ha planteado muchas veces la idea de que estos factores no afectan a todos por igual y plantean el problema desde el concepto exclusivo de la vulnerabilidad. No obstante, habrá que tener en cuenta que cuando los factores psicosociales son intensos, es menor la importancia de la vulnerabilidad individual, al igual que la resistencia individual a padecer enfermedades infecciosas, por ejemplo, no invalida combatir las mismas, aunque sólo afecte a una parte de la población.

Así, la OIT sostiene que "las empresas que ayuden a sus empleados a hacer frente al estrés y reorganicen con cuidado el ambiente de trabajo, en función de las aptitudes y las aspiraciones humanas", tienen más posibilidades de lograr ventajas competitivas. (SATSE, 2000) Las personas que se encuentran sometidas a estrés tienden a abandonar el empleo como respuesta de huida, lo que determina un alto índice de rotación de personal en las empresas. Las personas sufren cuando se sienten superadas por las demandas laborales exigentes, pero también cuando no tienen empleo, o se angustian pensando que pueden llegar a ser un desocupado más.

Son cuantiosos los gastos y pérdidas derivadas por el costo del estrés; aumentan año a año, generalmente determinados por crecientes índices de ausentismo, baja productividad, accidentes profesionales, aumento del lucro cesante, y lo que es más importante, la incidencia sobre la salud mental y física de los individuos, que si bien podrán ser cuantificados por los gastos en salud, internaciones, etcétera, son en realidad invalorables, por cuanto la calidad de vida y la vida en sí misma no deben tener índices, baremos o tablas de indemnización.

Tipos de estrés laboral


Existen dos tipos de estrés laboral: el episódico (un despido, por ejemplo) y el crónico, que se puede presentar cuando la persona se encuentra sometida a las siguientes situaciones:
1. Ambiente laboral inadecuado.
2. Sobrecarga de trabajo.
3. Alteración de ritmos biológicos.
4. Responsabilidades y decisiones muy importantes.
5. Estimulación lenta y monótona.
6. Condiciones laborales inadecuadas.

Ambiente laboral inadecuado: Son los llamados estresores del ambiente físico:
. Falta de luz o luz muy brillante;
. Ruido excesivo o intermitente;
. Vibraciones;
. Aire contaminado;
. Alta o baja temperatura;

Estos factores requieren una doble adaptación, tanto física como psicológica. Sobrecarga de trabajo: Es el estrés por sobreestimulación. Se presenta por exigencias psicosensoriales violentas, simultáneas, numerosas, persistentes y variables. Exigen una adaptación fuera del límite normal. Es frecuente que se presente en: El estrés por sobreestimulación genera tensión nerviosa, fatiga, irritabilidad, crisis de decisión, ansiedad, confusión, embotamiento, desconcentración.

Alteración de ritmos biológicos: Es el estrés que se produce al alterar las constantes biológicas determinadas por el ritmo circadiano determinado a su vez por las secreciones hormonales, los ciclos del sueño y el ritmo metabólico. Requiere un alto esfuerzo adaptativo, generando irritabilidad, disminución de la concentración, trastornos del sueño, fatiga, ansiedad, además de provocar modificaciones en la vida social, conyugal y sexual. Se presenta en:
. Trabajadores nocturnos;
. Personal de salud.

Responsabilidades y decisiones muy importantes: Es el estrés del personal jerárquico o con grados de responsabilidad. Se debe a:
. Responsabilidades numerosas y variables;
. Tensión psicológica continua;
. Búsqueda de la eficacia;
. Adaptación a situaciones nuevas y datos inestables.

Es frecuente que quienes lo padecen acumulen factores de riesgo e inadecuación familiar y social por falta de tiempo y agotamiento físico. Este tipo de estrés genera agotamiento, fatiga, manifestaciones psicosomáticas, trastornos del sueño, disminución del deseo sexual, impaciencia, pérdida de la iniciativa, dificultad en la toma de decisiones, adicciones.

Estimulación lenta y monótona: Es el estrés por subestimulación. Se produce por la falta de estímulo normal y fisiológico de los sentidos y del pensamiento. Se presenta, por ejemplo, en el trabajo rutinario y automatizado que no permite la creatividad y el pensamiento independiente, en casos como los siguientes:
. Genera distracción, falta de atención y aumento de los accidentes de trabajo. Condiciones laborales inadecuadas: Nos referimos aquí a las causas de estrés en los obreros no calificados, que comprenden:
. Alimentación inadecuada e insuficiente;
. Ausencia de perspectivas de progreso;
. Pocas posibilidades de recreación;
. Inestabilidad laboral por renovación tecnológica.

Consecuencias del estrés laboral


El estrés laboral produce una serie de consecuencias y efectos negativos:
. A nivel del sistema de respuesta fisiológica: Taquicardia, aumento de la tensión arterial, sudoración, alteraciones del ritmo respiratorio, aumento de la tensión muscular, aumento de la glicemia en sangre, aumento del metabolismo basal, aumento del colesterol, inhibición del sistema inmunológico, sensación de nudo en la garganta, dilatación de pupilas, etc.
. A nivel del sistema cognitivo: sensación de preocupación, indecisión, bajo nivel de concentración, desorientación, mal humor, hipersensibilidad a la crítica, sentimientos de falta de control, etc.
. A nivel del sistema motor: hablar rápido, temblores, tartamudeo, voz entrecortada, imprecisión, explosiones emocionales, consumo de drogas legales como tabaco y alcohol, exceso de apetito, falta de apetito, conductas impulsivas, risas nerviosas, bostezos, etc.

El estrés también genera una serie de trastornos asociados, que aunque no sean causas desencadenantes a veces se constituye en factor colaborador:
. Trastornos respiratorios: Asma, hiperventilación, taquipnea, etc.
. Trastornos cardiovasculares: Enfermedad coronaria, hipertensión arterial, alteraciones del ritmo cardiaco, etc.
. Trastornos inmunológicos: Desarrollo de enfermedades infecciosas.
. Trastornos endocrinos: Hipertiroidismo, hipotiroidismo, síndrome de Cushing, etc.
. Trastornos dermatológicos: Prurito, sudoración excesiva, dermatitis atípica, caída del cabello, urticaria crónica, rubor facial, etc.
. Diabetes: Suele agravar la enfermedad.
. Dolores crónicos y cefaleas continuas.
. Trastornos sexuales: Impotencia, eyaculación precoz, vaginismo, alteraciones de la libido, etc.
. Trastornos psicopatológicos: Ansiedad, miedos, fobias, depresión, conductas adictivas, insomnio, alteraciones alimentarías, trastornos de la personalidad, etc.

Estrés laboral en el personal de enfermería


El estrés es uno de los riesgos laborales más importantes en el personal de enfermería, junto a los riesgos físicos, químicos y biológicos. Uno de los grupos profesionales más afectados es el del personal de enfermería que está expuesto a factores de riesgo relacionados con el trabajo, dado que el ejercicio profesional está orientado al servicio directo (trato con otras personas) es de vital importancia determinar las causas del síndrome, corregir y prevenir los efectos negativos con el fin de optimizar el ejercicio profesional.

Factores desencadenantes


El personal de enfermería está sometido a múltiples factores estresantes tanto de carácter organizacional como propios de la tarea que ha de realizar, estas características hacen que tenga una incidencia relativamente alta en esta profesión. La salud del profesional de enfermería es un factor indispensable para mantener el equilibrio en su actividad, condición a través del cual las acciones, actitudes, comportamientos y obligaciones pueden desarrollarse sin tensiones que debiliten o interfieran en los cuidados específicos de Enfermería.

La práctica de la profesión requiere un despliegue de actividades que necesitan un control mental y emocional de mayor rigor ya que es una tarea expuesta a múltiples agresiones como por ejemplo el manejo del paciente con pronóstico sombrío y la necesidad de brindar cuidado, no solamente intensivo, sino también prolongado y en el cual también se exige alta concentración y responsabilidad que traen como consecuencia desgaste físico y mental además de la exigencia de mantener en forma permanente el espíritu de compartir, con el enfermo y su familia, las horas de angustia, depresión y dolor. Dentro de los factores desencadenantes tenemos: Personales: son aquellas condiciones inherentes al personal de salud que le impiden ejercer su función con tranquilidad y efectividad.

En general se encuentra en personas propensas al estrés (ansiosas), con poca tolerancia a la frustración, al liderazgo y a la toma de decisiones; personas que acusan sentimientos de impotencia por la no mejoría del paciente; inseguridad y miedo a cometer un error en los cuidados de enfermería; que se sienten insuficientemente preparados para ayudar emocionalmente a la familia y al paciente; incapaces de resolver de manera satisfactoria las inquietudes del paciente; con dificultad para trabajar con uno o varios compañeros del servicio; con obligaciones familiares, mantenimiento de la casa, hijos y deberes como pareja con problemas personales falta de habilidad en el manejo de las personas e intolerancia ante las mismas; incapacidad para trabajar en equipo, dependencia absoluta de otras personas para trabajar y tomar decisiones. Otros de los factores que se deben tener en cuenta son la edad, sexo y el estado civil.

Ambientales: condiciones físicas externas que alteran el curso normal de la labor del profesional en salud debido a que distorsionan la concentración y tranquilidad que requieren para ejecutar su labor de una manera óptima, por ejemplo: ruido (aparatos, personas); entorno laboral, iluminación, orden y asepsia del lugar, espacio inadecuado e insuficiente para realizar las labores específicas de enfermería; y presencia en el sitio de trabajo de gran cantidad de personal ajeno al servicio.
Condición del trabajo: se refiere a las características propias del ejercicio profesional y que son independientes del lugar en donde se está trabajando, como realización de procedimientos dolorosos para los pacientes; escuchar o hablar frecuentemente con los pacientes y sus familias sobre su muerte cercana; la muerte de un paciente cuando se ha establecido una relación estrecha; convivir diariamente con el sufrimiento; y el contacto continuo y permanente con personas deprimidas. Autores como Quiroz y Saco, 2000 y Albanesi, et. al., 2001, mencionan que también se pueden incluir aquellas condiciones que dependen y son inherentes a la institución donde se realiza la actividad profesional. Dentro de estos factores tenemos la responsabilidad del trabajo; interrupción frecuente en la realización de la tarea; recibir de manera constante crítica de otras personas, como médicos, superiores, familiares de los pacientes y el paciente mismo; falta de comunicación con los compañeros de trabajo sobre problemas del servicio y compartir experiencias y sentimientos positivos o negativos hacia los pacientes; ausencia de personal médico en situaciones de urgencia como paro cardiorrespiratorio o empeoramiento de la situación clínica del paciente, estar en desacuerdo con el tratamiento de un paciente o información insuficiente e inadecuada con respecto a la evolución del paciente; rotación permanente por diferentes servicios; ambigüedad en la asignación de las funciones de enfermería; tiempo insuficiente para dar apoyo emocional al paciente; falta de personal para atender adecuadamente el servicio; sobrecarga de trabajo y bajo salario.

Acciones para disminuir el estrés laboral en el personal de enfermería


Comunicación: El proceso de comunicarse con otros de la misma posición y que padecen los mismos síntomas permitirá obtener consejos de cómo reducir al mínimo el resentimiento y la presión emocional que se acumula por la naturaleza del trabajo o de la carencia del contacto con otros profesionales.

Relajación: es útil en la ansiedad, depresión, impotencia, baja autoestima, fobias, tensión muscular, hipertensión, alteraciones digestivas, etc. Técnicas de autohipnosis: altamente eficaces en cefalea, dolores de cuello y espalda, alteraciones digestivas como el colón irritable, fatiga, cansancio crónico, insomnio y trastornos del sueño Técnicas respiratorias: muy útiles en los procesos de ansiedad, hostilidad, resentimiento, tensión muscular, fatiga y cansancio crónico.

Reducir el estrés, ansiedad y angustia de las enfermeras quirófano


El estrés no es sólo una parte esencial de la vida, sino un estímulo útil. El estrés positivo, denominado euestrés, motiva al individuo a ser productivo y eficiente. Fuerza una adaptación a los continuos cambios en el ambiente del quirófano. Por ejemplo, cuando llega una víctima de un traumatismo o un paciente tiene una parada cardíaca, la respuesta debe ser rápida. Esperar lo inesperado forma parte de la enfermería de quirófano. El euestrés fomenta el sentido de cumplimiento, satisfacción y autoconfianza.

El estrés que llega a ser abrumador e incómodo se denomina angustia. En el quirófano, el comportamiento de los demás puede llegar a generarla. Las normativas, o la carencia de ellas, pueden también ser una fuente de angustia si están en conflicto con las expectativas de los profesionales de enfermería. El enfermero/a puede afrontar las tensiones, conflictos y demandas del ambiente de quirófano mediante diversos mecanismos de adaptación, de una manera colaborativa o de una forma improductiva. Incluso aunque se perciba como angustia, a veces es necesario algún conflicto para estimular el cambio en los métodos de trabajo y resolver ciertos problemas de organización.

El personal de enfermería puede estar angustiado por la conducta de otros miembros del equipo. Por ejemplo, resulta muy incómodo ser criticado ásperamente por un cirujano. Hay que tener en cuenta que en tales casos mucho de lo dicho no es una crítica personal. Con frecuencia, el cirujano sólo está reaccionando a su propio estrés, originado por circunstancias inesperadas relativas al paciente y que han surgido durante la intervención quirúrgica. Las reacciones del personal se ven influidas por sus actitudes, su carácter, sus antecedentes culturales y religiosos, su escala de valores y ética, sus experiencias y la preocupación del momento. Los estallidos de ira en la mesa de operaciones son inadecuados en cualquier momento. Sin embargo, la frustración constante y los conflictos interiores crean una angustia que puede generar descontento en el trabajo.

Técnicas de reducción del estrés


El comportamiento asertivo es una herramienta muy útil para la resolución de conflictos. La comunicación profesional compartida puede reducir al mínimo la tensión ambiental. El enfermero o enfermera deben mantener su compostura en todo momento y guardar una actitud profesional asertiva (no agresiva). Los conflictos personales entre los miembros del equipo deben resolverse en privado.

El humor puede ser un método eficaz para reducir la ansiedad y, usado adecuadamente, puede eliminar la tensión. Reírse de uno mismo ayuda a conservar la autoestima al mismo tiempo que se aprende con la experiencia. Ayuda a desmitificar situaciones tensas.

Al final del turno de trabajo, los profesionales de enfermería deben evaluar los acontecimientos del día, las emociones que han surgido y cómo se han manejado. ¿Qué se hizo de forma eficaz? ¿Qué otras habilidades pueden ser necesarias para mejorar o estimular las actitudes positivas en el ambiente de trabajo y en las relaciones interpersonales? El trabajo en equipo es esencial en el quirófano, y cada miembro del equipo está obligado a contribuir positivamente a ello.

El estrés es una realidad que no debe crear sentimientos de autoderrota. Independientemente de la fuente de estrés, el cuerpo responde; los efectos fisiológicos y psicológicos pueden ser sutiles o intensos. El que una causa de estrés sea buena o mala depende de la percepción de las circunstancias de cada individuo. Cualquier suceso que crea un sentimiento de peligro inminente, crea también la sensación de pérdida de control. Un factor importante en el manejo del estrés es mantener el control. Esto puede hacerse aprendiendo a mantener un equilibrio entre el cuerpo y la mente. El enfermero puede aprender a afrontar las dificultades de la vida si entiende cómo puede afectar a la toma de decisiones, a su autoexpresión y a la subsistencia en el mundo real, la percepción del estrés.

Escuche a su cuerpo. Desarrolle un sentido para captar cómo el cuerpo le avisa del agotamiento, el hambre, la enfermedad y /o el dolor físico. Ignorar esos signos físicos disminuye la capacidad orgánica para administrar el estrés. El cuerpo es un barómetro muy sensible a los efectos del ambiente. Trabajar sin haber dormido o prescindir de comer crea un estrés físico que puede evitarse. El descanso y el sueño regular, el deporte y la práctica de la relajación física regular, las prácticas dietéticas adecuadas y los exámenes rutinarios de salud proporcionan una base sana para el cuidado corporal.

Mantenimiento de la mente. La relajación mental puede ayudar al profesional de enfermería a afrontar del estrés. La práctica de la meditación y las imágenes mentales de forma regular interrumpe las rutinas productoras de estrés y permite a la mente fortificarse a sí misma frente a las percepciones negativas de una situación. Encontrar tiempo para aclarar los pensamientos confusos y razonar de forma productiva permite al cuerpo y a la mente adquirir equilibrio emocional y sensación de bienestar. Esta interacción positiva puede llegar a tener una gran influencia en una situación de estrés y servir de ejemplo a otros compañeros de trabajo.

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